El sueño de María Aidé Parra paso de ser una ‘Ilusión’ a la despensa de Ebéjico, Antioquia, un municipio lejano que tuvo dificultades para abastecerse en medio de la pandemia.

Comprando pocos productos y en en medio de una pandemia, María Aidé vio la necesidad de negocio en un caserío alejado de su pueblo Ebéjico, Antioquia, ante la falta de productos de primera necesidad en su comunidad campesina.
Aceite, galletas y papel higiénico fue lo primero que le compraron los vecinos de la vereda (aldea) Nariño trayendo las primeras ventas de su tienda “La Ilusión”, y que actualmente cuenta con más de cien productos.
“Era una frustración para todos no conseguir lo que buscaban, y pensé: si yo tengo un poco de lo que ellos necesitan, por qué no lo empiezo a vender”, contó María Aidé, quien fue exaltada como “Mujer emprendedora en el Campo” en 2020.
El negocio empezó a marchar. Anotaba todo en una libreta, reinvertía la ganancia y poco a poco fue sumando clientes, a quienes les ahorra un viaje de unos 40 minutos y varios pesos con lo que tiene en su alacena.
“Yo les decía: ‘Pidan que esto es una tienda mágica’. En ese momento yo todo lo tenía organizado en cajas”, evocó la emprendedora sobre lo que vivió años atrás cuando buscó independencia económica y darle mayor estabilidad a su hogar.
“La situación no estaba para quedarse de brazos cruzados y que solamente mi pareja trabajara”, afirmó la mujer, quien sacó adelante su negocio durante la pandemia.
Inicialmente surtió su pequeña tienda con lo que encontraba en los mercados en la cabecera municipal. Después empezó a desplazarse hasta municipios vecinos como San Jerónimo y posteriormente llegó hasta Medellín, donde actualmente tiene proveedores en la Central Mayorista de Antioquia.
Ahora en “La Ilusión”, los clientes de la vereda Nariño encuentran una mayor variedad. Hay desde café en varias presentaciones hasta productos de aseo personal y productos para el pelo.
La tienda también se convirtió en una plataforma para productores locales, que ahora pueden vender allí panela, huevos y maíz, entre otros productos, de una manera más sencilla y a precios muy accesibles.
Un ejemplo de lucha campesina, una mujer empoderada que aunque viendo la dificultad en su comunidad sacó adelante su emprendimiento campesino. ¡Qué viva el campo!
Fuente: Forbes Colombia
